Desequilibrios psíquicos

El desarrollo psíquico no se produce en todos los perros de la misma manera. En algunos de ellos existen desequilibrios psíquicos. El desequilibrio psíquico se manifiesta de las más diversas maneras en los perros afectados, los que tratan de llamar la atención en su comportamiento. Mayoritariamente un desequilibrio psíquico se debe a errores cometidos en la educación. Haciendo la salvedad de que no todos los errores cometidos en la educación, forzosamente se transforman luego en desequilibrios psicol+ogicos. Los desequilibrios psíquicos generalmente tienen una larga historia. Por ese motivo, al intentar tratar pacientes cuadrúpedos hay que armarse de una gran paciencia para intentar mejorarlos para intentar mejorarlos o curarlos con éxito.

A continuación vamos a hablar sobre dos de los grandes desequilibrios psíquicos: 
la agresividad y el miedo.

Agresividad: Es un comportamiento hostil, consistente en emplear la fuerza descontrolada atacando a personas o cosas. Perros marcadamente agresivos representan una molestia para el mundo que los rodea. La ciencia no ofrece una respuesta concreta al origen de la agresividad. M{as bien la trata de eludir. Tal es así que estos animales sufren por su gresividad y necesitan urgente tratamiento psicológico y en el peor de los casos se recurre a la eutanasia. Los seguidores del análisis psicológico parten de la teoría de que estos animales tienen el instinto remodelado y cualquier forma de agresividad es debido a un cimentado patrimonio de instinto agresivo (orgánicamente: adversario de la líbido). Las modernas investigaciones sobre agresividad desisten de explicaciones biológicas, diciendo que cmportamientos agresivos no son solamente innatos sino que, dependiendo del caso, son atribuibles a experienciasvividas en el ambiente que rodea al animal. Como consecuencia de esto la agresividad puede deberse a una frustración mediante la cual el perro reacciona, por ejemplo, debido a frecuentes azotes o a que sus necesidades básicas (propias de las diversas razas) son insatisfechas.
La conclusión es que pequeñas frustraciones sucesivas, sobre todo en animales irritables, se convierten a largo plazo en conductas agresivas. También existe la posibilidad de que nuestro amigo cuadrúpedo retroceda tímidamente, sobre todo si no tiene las demostraciones de cariño necesarias (perros de caniles).
No motivarlo, equivocados métodos de adiestramiento, exigencias incapaces de ser cumplidas por el animal, transforman al perro en un animal irritable y maligno. No es raro que estos animales se comporten tratando de castugar al más d{ebil, ya sea un congénere, un humano o un objeto al cual convierten en su víctima. También la no satisfacción de sus necesidades básicas provoca un no deseado comportamiento. Tampoco hay que dejar de tener en cuenta las primeras experiencias infantiles vividas por el perro en su "cuarto infantil" en épocas de convivencia con su criador, porque las malas costumbres contagiadas de la primera infancia de sus hermanos de lechigada, padres o eventuales compañeros, conforman conductas generalmente irreversibles. En este entorno es de vital importancia la primera educación recibida del criador y los métodos psicológicos empleados por el mismo referidos al desarrollo del animal. No es aconsejable emplear métodos violentos, como ser azotes o enojos (gritos, gesticulaciones incontroladas, etc.) tratando de evitar la agresividad ya que de ello no se obtiene ningún resultado satisfactorio.
Es de mucha utilidad intentar conocer el motivo del comportamiento agresivo para luego trabajar sobre el perro. Mientras tanto habría que hacer una revisión de las prácticas educativas empleadas hasta ese momento, y al animal darle la oportunidad de "bajar presión" mediante la práctica de juegos y deportes, pero de ninguna manera impartiendo órdenes autoritarias como las utilizadas en adiestramiento.
También hay que tener en cuenta los límites que le imponemos al perro al adiestrarlo, ya que el sobreexigirlo potenciamos su conducta agresiva.

Miedo
Al miedo lo generan el malestar, la presión interior, la intranquuilidad y la inseguridad. Existen muchas situaciones ante las cuales el perro siente miedo. No hay que confundir miedo con reacciones de temor cuando el perro se siente realmente amenazado. El miedo al cual nos referimos nace de situaciones imprecisas o inexistentes, el influye en el comportamiento general del perro. El miedo impide completamente un libre comportamiento social o anímico del can, y puede ser un impedimento para que el animal complete su desarrollo, produciendo problemas de conducta. Las limitaciones ocasionadas por el miedo se hacen más evidentes al llevar a nuestro perro al campo de adiestramiento. Presiones interiores producidas por el miedo se transforman en conductas por las cuales el perro ve como enemigo a todo lo que lo rodea. El miedo seguramente proviene de experiencias vividas por el animal en su más tierna infancia, que luego se fueron desarrollando formando parte integral de su temperamento.
Insuficientes satisfacciones básicas (por ejemplo, comida, atenci+ón, falta de mimos, etc.), producen una tensión interior creciente que puede transformarse en una virtual amenaza para la existencia de todo lo que lo rodea (gente, objetos, ruidos, etc.), esto puede desarrollarse en una tendencia hacia el miedo, que luego puede ser la predisposición que perturba los sentidos.
Ya que los motivos en cada caso individual son difícilmente reconocibles, sería conveniente poner un animal de estas características lo más pronto posible en manos de un experto en la materia. Es importante también aquí, como en el caso de la agresividad, que el adiestramiento sea lo menos severo posible. Definitorio para un animal miedoso es el sentimiento de seguridad, la confienza y el cariño que le inspira su humano.
También hay que tener en cuenta que sólo con amor es posible la educación. Amor en combinación con paciencia, son valores importantes en el adiestramiento del perro.

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