La interpretación del standard


La interpretación de las características del standard

Podemos considerar que la interpretación de un standard es la clave del éxito para valorar con precisión cada defecto y cada cualidad, para que guarde una relación con los puntos reales que deben tomarse en consideración cuando se decida qué ejemplares debemos elegir para que tengan descendencia, y lo más importante aún, que superen a sus progenitores en cualidades.
Para conseguir resultados positivos en la cría, no basta con que contemplemos al perro en su momento, sino que hipotéticamente debemos proyectarlo en el futuro: hemos de imaginar a sus nietos venciéndole en una competición por haber superado la línea de sus progenitores y para esto bastaría con saber interpretar el standard en todas sus consecuencias. En un standard se dicen muchas cosas, pero que deben seguir un orden prioritario y para ello está la mano del experto, que se ha dedicado exhaustivamente al estudio de una raza: que la ha visto crecer y extenderse con éxito por el mundo, por esta razón nos remitimos a él.


Igor von Hoffmann (VA1 Sieger Argentino 1996 - VA2 1995 y Ganador categoría jóvenes 1994)

Sobre el aspecto general.

Las medidas son importantes en esta raza, cuya talla ideal se establece en 62,5 cm para los machos y 57,5 cm para las hembras. También se concede especial importancia a la forma en cómo debe medirse el ejemplar, y dice así: la altura a la cruz debe medirse con cinómetro, y ha de tomarse en línea vertical desde la cruz hasta el suelo, rozando el codo del perro y con el pelo ligeramente aplastado*.
Tanto el hecho de no alcanzar o superar la medida mínima, reduce el valor de trabajo y de cría.
El pastor alemán, ligeramente alargado, robusto y de buena musculatura, tiene una seca osamenta de estructura firme en su colocación. Las angulaciones, es decir, la relación entre altura y longitud, así como la posición y colocación de los miembros, se relacionan de tal forma que garantizan un trote vivo y suelto. Su pelaje ofrece una adecuada resistencia a la interperie.
En lo referente a su belleza, es decir, al aspecto del perro, y considerando que es de trabajo, añade: se tenderá a obtener un aspecto general agradable, sin que ello vaya en detrimento ni condicione su utilidad y capacidad de trabajo.
Las características sexuales deberán estar bien marcadas, así tanto la masculinidad del macho como la feminidad de la hembra han de ser evidentes. El perfecto equilibrio de la sensación de fuerza, inteligencia y agilidad natural guardará tales proporciones que podremos afirmar que no sobra ni falta nada. El movimiento y su comportamiento deben poner de manifiesto que se trata de un cuerpo y espíritu sanos, que aglutinan tanto condiciones corporales como psíquicas, lo que determinará que siempre demuestre un máximo tesón, encontrándose a punto como perro de trabajo.
Solamente el técnico experimentado podrá determinar si existen las cualidades imprescindibles para el trabajo que precisan los pastores alemanes; de aquí la necesidad de encomendar esta tarea a jueces especialistas, quienes se encargarán de examinarlos, considerarán su carácter y evaluarán la indiferencia a los disparos. Sólo podrán obtener la calificación de "excelente" aquellos ejemplares que posean un grado de adiestramiento reconocido.
Su fuerte temperamento debe ser a la vez dominable, y el perro ha de adaptarse a las situaciones, ejecutando las tareas que se le encomienden con voluntad y alegría. Debe demostrar valor y dureza, tanto si se trata de defender a su conductor, proteger sus propiedades o defenderse a sí mismo. Atacará con alegría cuando su amo se lo ordene, pero sin perder su atención; siendo obediente, agradable y dócil con quienes forman parte de su entorno, especialmente con los niños y con otros animales, y conservando su sereno equilibrio con las personas. Todo ello ofrecerá un marco en el que se reúnen la armonía, la naturalidad, la nobleza y seguridad que lo cacarterizan.

Sobre las angulaciones y el aparato motriz.

Se trata de un clásico trotador por la disposiión en diagonal de su aparato motriz; es decir, que apoyará la extremidad anterior de un lado y la trasera del opuesto, por lo que sus miembros deben estar coordinados, es decir, angulados, de forma que pueda adelantar sus extremidades traseras hasta la mitad del cuerpo, adelantando las patas anteriores una distancia igual, sin que por ello se modifique la línea dorsal.
Las tendencias a la angulación excesiva de las extremidades traseras disminuyen solidez y resistencia. Si la relación entre altura y longitud es correcta, así como la correspondiente largada de huesos, resultará un aparato motriz que al evolucionar sobre el suelo se moverá sin esfuerzo hacia adelante. En movimiento llevará la cabeza adelantada y la cola ligeramente levantada, presentando un línea dorsal recta, o algo arqueada, desde la punta de las orejas hasta el final de la cola, características de un trotador equilibrado.

Sobre el cacácter, las cualidades y sus aptitudes.

Se concede una especial importancia a su firmeza de nervios, serenidad, atención, facilidad en la conducción, equilibrio en el carácter, dominio, valor e impulso, tanto en la lucha como en la dureza; considerando que éstas son las máximas cualidades de un perro de pastor alemán de crianza, se considerará un perro de trabajo, en el más amplio sentido de la palabra, si acompaña, protege y vigila los animales, por lo que resultará idóneo para la vigilancia.
Seguirá rastros con tranquilidad y precisión, operación que realizará rozando prácticamente el suelo con el hocico, sin denotar ningún esfuerzo físico; esta característica lo destaca como el perro de rastro ideal, pudiendo servir para los más variados fines.
La aplicación estricta de estas medidas selectivas fue acordada por todos los clubs que forman la WUSV, a partir de septiembre de 1979, creándose un reglamento de cría en el que se indican, resumidas, unas exigencias máximas.
Si se desea emplear a los ejemplares de esta raza como perros de trabajo y utilidad, debe seguirse este criterio para su cría, adiestramiento y juicio.

Dr. Christoph Rummel

*El hecho de recalcar algo aparentemente tan superfluo como es la forma de medir un perro no es gratuito, ya que por experiencia podemos asegurar que hemos visto medir dos veces a un mismo ejemplar por dos jueces distintos, apreciándose diferencias de dos o más centímetros. Tengamos en cuenta que según las medidas del ejemplar, si se spera en dos centímetros el máximo establecido (más alla de las concesiones determinadas en el standard), un perro podría pasar de campeón a quedar descalificado en cuanto se presentara a una exposición; opinamos que tal matización es de vital importancia.

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