Descripción del carácter


Carácter

En el mundo no existe una raza más completa, respecto a su carácter, que la del Pastor Alemán, hasta el punto de ser ésta la razón de que ocupe en la sociedad humana el lugar privilegiado que por méritos, y no por otra causa, ha alcanzado. Y ya que por este mismo motivo va a resultar compleja su descripción, para que se entienda mejor, vamos a desarrollarla por partes.
En principio, el carácter se hereda genéticamente, pero con independencia de que dentro de cada raza existan unas constantes propias, hay una serie de factores que debemos tener en cuenta para que su desarrollo se lleve a cabo sin tropiezos ni traumas que pudieran mermar sus condiciones naturales.
En primer lugar, ya de cachorro será muy conveniente que no crezca aislado de los humanos ni que, por supuesto, viva sin tener el más
mínimo roce con otros perros. Pero eso sí, siempre cuidando y teniendo en cuenta una serie de puntos necesarios para evitar que en la época de máximo riesgo respecto a contraer enfermedades víricas nos veamos en el caso, como se suele denominar vulgarmente, de que "sea peor el remedio que la enfermedad".
Si el cachorro ha sido adquirido en un establecimiento de confianza o directamente a un criador espe- cializado, existe un período de adaptación, tanto en el aspecto sanitario como psicológico, en el cual más valdrá que sólo esté en contacto con los miembros de la familia y los perros (de haber otros) de casa.
Una vez que hayamos cumplido los requisitos veterinarios, entre los que suelen ser recomendables las revacunaciones , y se haya superado el período de adaptación al medio, podemos y debemos irlo introduciendo paulatinamente en la sociedad, tanto humana como canina, empezando por la primera.
Será pues conveniente que esté presente durante las visitas que realicen familiares y amigos, para que se habitúe desde el principio a la entrada y salida de gente. Por otra parte, si el perro se pone a ladrar cada vez que oye el timbre de la
puerta, molestando asi a los vecinos o incluso a nosotros mismos, debemos reprenderle desde el primer momento. Pensemos que posteriormente será más difícil obtener resultados positivos y que incluso podría ser demasiado tarde para quitarle esa mania.
También debemos actuar de idéntica forma cuando el perro actúe de esta manera en otros lugares.
Ya desde los primeros días de encontrarse con nosotros, el perro estaría en condiciones de interpretar las palabras que le dirijamos, más por su tono y firmeza que por el propio contenido de las mismas.
Asi, por ejemplo, si nuestro tono
suele ser habitualmente suave y conciliador, bastará con una firmeza rígida y sin contemplaciones que entienda que lo estamos reprendiendo por ladrar a una visita o molestarla. Debemos tener en cuenta una cosa: bajo ningún concepto hay que gritarle. En primer lugar, él oye los sonidos con una intensidad 400 veces mayor que nosotros; si gritamos no haremos más que contribuir de una forma poderosa a su desequilibrio, con los correspondientes resultados negativos y, más aún, lesivos en su parte psicológica. Pegarle tiene también resultados nefastos.
Por tanto, el carácter lo irá desarrollando paulatinamente. Primero, su mundo será muy pequeño y se relacionará con su habitáculo (habitación propia, casa, patio o jardin, etc.) para irse ampliando a la propia calle, el barrio y, en fase más avanzada, la ciudad. Es una mala costumbre permitir que el perro desde muy pequeño vaya suelto a nuestro lado, porque todo lo que puede tener de práctico lo tiene también de peligroso, ya que el riesgo es mayor. Asimismo, hay perros a los que les asustan los ruidos de los motores de motocicletas; a tal fin, cuando nos encontremos con un conocido que lleve una de ellas, lo saludaremos delante de él
y haremos que se acerque al vehículo parado para mostrarle que una vez en marcha sigue siendo inofensivo. Si se irrita, trataremos de calmarlo con suavidad y equilibrio, ya que si nosotros lo llegamos a perder, difícilmente le podremos transmitir serenidad al perro y lo peor sería que éste dejara de confiar en su propio amo.
No debemos mantener actitudes o comportamientos que lo desorienten. Por ejemplo, si tenemos amigos que estám acostumbrados a entrar en nuestro domicilio de noche saltando la verja, no es extraño que el perro, cuando tenga un año o más, los muerda y se muestre agresivo con ellos. En este caso no tenemos el menor derecho a reprenderlo por su conducta.
Debemos saber también que el perro, al igual que las personas y especialmente los niños, tiene miedo a lo desconocido, es decir, a todo aquello de difícil evaluación y clasificación. Por esta razón, y no por otra, en la oscuridad puede aumentar su agresividad, ya que el miedo suele ir relacionado con un mayor grado de agresión (reflejo defensivo); en un caso como éste debemos tener mucho cuidado, ya que esa clase de fiereza es muy peligrosa porque incluso se puede llegar a perder el control sobre el animal.

L
os perros tienen una gran memoria (estadísticamente, el Pastor Alemiln se halla entre las razas con un grado de memoria superior), pero hay que recordar que los perros lo relacionan todo olfativa- mente, por lo que es posible que sus reacciones no sean las mismas que tendríamos nosotros ante un determinado acontecimiento.
Pero además de pruebas de inteligencia orientadas más o menos hacia un sentido práctico en el hogar, la inteligencia del Pastor Alemán se desarrolla de una forma básicamente funcional, de cara no sólo a las competiciones en exposiciones y pruebas de trabajo, sino a su plena integridad y equilibrio. Por ello, para obtener una puntuación máxima en exposiciones de belleza, los ejemplares de esta raza deben haber conseguido también unas calificaciones mínimas en pruebas de trabajo oficialmente organizadas por el club, o por su delegación territorial y, según el país, por la sociedad canina oficial correspondiente.
Existe una cartilla de trabajo donde no sólo aparecen los datos que identifican al perro, como son su nombre, propietario, número de pedigree, tatuaje, etc., sino también las escuelas o grados de pruebas oficiales de trabajo y las calificaciones obtenidas. Gracias a ello podemos asegurar que no puede existir un sólo campeón de belleza que no tenga un mínimo de inteligencia probada. Y no es exclusivo del campeón lo relativo a la inteligencia, pues para poder competir en la Clase de Trabajo y llegar a ser Auslese en la exposici6n monográfica de campeonato celebrada por el club de raza, el perro debe tener necesariamente unas cualidades psicológicas que hayan quedado reflejadas en las pruebas realizadas.
Algo que, por idéntica razón, debemos hacer extensivo a cualquiera de los inscriptos en aquella clase.
Si deseamos adiestrar correctamente a nuestro perro, lo cual sería necesario para participar en los diferentes campeonatos, deberemos pedir asesoramiento en el club de raza o en una de sus delegaciones territoriales, que en Argentina, al igual que en los países más avanzados, están en todas partes y donde nos informarán debidamente.
Si queremos, además, obtener información para estar al día sobre los campeonatos tanto de trabajo como de belleza que se organizan periódicamente, deberemos hacernos socios del club; con ello no sólo contribuimos positivamente a la difusi6n del mismo, sino que nos enteramos puntualmente de las múltiltiples actividades que se organicen. En Argentina, POA forma parte de la Unión Mundial de Clubes del Perro de Pastor Alemán (WUSV), y cuenta con toda la información y medios necesarios para llevar a cabo una labor exhaustiva respecto a la raza.
Gracias
a los sistemas empleados tanto en el concepto de adiestramiento como en el de las califica- ciones otorgadas, podemos estar seguros de que cualquier prueba oficialmente homologada por POA lo está automáticamente por los clubes que forman la Unión Mundial; ello no es más que una de las múltiples ventajas que encierra el hecho de que exista una forma y un control de garantía.
La seguridad e integridad psicológica de un pastor alemán cuyas características hayan sido ya califi- cadas oficialmente por el club, nos ofrece unas garantías en el aspecto de perro de utilidad (en sus modalidades de guarda y defensa) y en el de reproducción. Como veremos, a través del pedigree pueden conocerse no sólo las líneas de sangre de los progenitores, sino también sus calificaciones en las pruebas de belleza (a través de los campeonatos) e incluso en las pruebas de trabajo oficiales. Debemos tener en cuenta que tanto las cualidades psicológicas como las morfológicas son transmisibles. Personalmente considero que en un perro más del 50% de su equilibrio reside en el carácter. Asimismo, entiendo que la parte psicológica debe prevalecer sobre el concepto belleza. Respecto al hogar, debemos tener por seguro que con los años recordaremos más a un gran perro por su carácter que por su figura, y esto en definitiva es lo que más nos puede interesar.
Para terminar, les recuerdo que en el mundo de la genética se producen fenómenos que no tienen una explicación científica, pero no milagros. Por tanto, de un pedigree en el que no haya nada medianamente importante no podemos esperar unas cualidades especiales.
Por eso, el ejemplar que no tenga nada que ver -ni tan siquiera lejanamente- con las líneas de campeones que tanto en Alemania como en Argentina se hallan a la vanguardia de la raza, el sujeto que esté absolutamente desvinculado de esas corrientes de sangre, tendrá poco que ver con su raza. Así son los hechos.

 

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